Las niñas y adolescentes en movilidad expresan que sufren violencia de género y piden ser escuchadas, revela nuevo estudio de Save the Children

Las niñas y adolescentes en movilidad expresan que sufren violencia de género y piden ser escuchadas, revela nuevo estudio de Save the Children

La pandemia por el COVID-19 ha agudizado la situación de vulnerabilidad en la que se encuentran las niñas y adolescentes que migran.

 

Ciudad de Panamá, 7 de octubre. – Save the Children presenta el estudio “Niñas en movilidad en los contextos centroamericano y venezolano” con el fin de visibilizar los riesgos y necesidades de las niñas y adolescentes de la América Latina a través de su propia voz, quienes serán protagonistas del evento de lanzamiento.

 

De los 79,5 millones de personas desplazadas que se estiman en el mundo, 31 millones son niños y niñas. En el caso de Venezuela, se estima que más de 5 millones de personas han salido de su país. Como parte del estudio elaborado por Save the Children las niñas entrevistadas mencionaron la experiencia común del hambre, la falta de servicios y la situación política como motivo de la migración. “Nos fuimos debido a cómo están las cosas (…) solo comíamos a la hora de la cena”, dice Alejandra* de 13 años, una adolescente venezolana que ahora vive en Colombia.

 

El estudio – presentando de manera virtual con la participación de representantes de organismos de gobierno de Centroamérica, y organizaciones internacionales y de sociedad civil de América Latina – revela también que las niñas y adolescentes que dejaron Venezuela para migrar a Colombia mencionaron comer tres comidas al día como el resultado positivo de su mudanza. En su país de origen, el 28% de las niñas y mujeres embarazadas padecen desnutrición aguda.

 

En el caso de Guatemala, Honduras y El Salvador, la mayoría de las personas migran debido a las condiciones de pobreza y violencia que viven en sus países. “Nos vinimos de mi país porque mi papá era muy violento con mi mamá. Él le pegaba, la amenazaba, también me pegaba a mí”, cuenta Jessyca*, una niña de 9 años que dejó Honduras junto a su madre debido a la violencia intrafamiliar.

 

“Muchas niñas viajan con el apoyo financiero y emocional de sus padres, familiares o miembros de la comunidad que residen en otros países, aunque ese apoyo a menudo es insuficiente para proteger a las niñas frente una multitud de riesgos”, dice Victoria Ward, Directora Regional de Save the Children para América Latina y El Caribe.

 

“Las niñas y adolescentes que migran enfrentan mayor riesgo de violencia, incluyendo la violencia sexual, el embarazo no deseado y la explotación laboral. Muchas veces estos peligros se mantienen en el destino donde las necesidades económicas les limitan las oportunidades de educación y desarrollo”, comenta Ward.

 

El estudio también revela que la mayoría de niñas y adolescentes al iniciar su proceso migratorio no tienen información certera de su viaje. Durante el tránsito, además de estar expuestas a distintos tipos de violencia, viven momentos de crisis, ansiedad, insomnio y otros trastornos de salud mental.

 

En el contexto venezolano la xenofobia está presente convirtiéndose en un obstáculo adicional para la integración social mientas que en el caso centroamericano la estigmatización a las personas retornadas es permanente.

 

“Estos resultados nos exigen como organizaciones internacionales, y también a los Estados, brindar una respuesta ágil, coordinada y transformadora que se base en la escucha y aprendizaje de las propias niñas”, afirma Victoria Ward.

 

El estudio contempló una metodología de consulta participativa, escuchando y aprendiendo de las propias niñas. Para ello se hicieron grupos focales con niñas y adolescentes, además de consultas con personal de Save the Children en Colombia y México, así como diferentes autoridades y organizaciones sociales que atienden a población migrante.

 

En el estudio, las mismas niñas comparten las distintas estrategias que deben usar para auto protección y continuar ante cualquier reto empezando por desarrollar relaciones de amistad durante el viaje o avanzar en grupo con personas cercanas para protegerse entre sí.

 

Como resultado de la investigación, Save the Children hace un llamado a las organizaciones internacionales y de la sociedad civil y otros actores clave a invertir en la atención a niñas y adolescentes en movilidad desde el origen hasta el destino, proveer espacios seguros y de apoyo psicosocial para niños y niñas en movilidad, asegurando una atención y cuidado adecuados, e incidir para que los Estados incluyan enfoque de género y niñez en las políticas migratorias.

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